30 sept 2009
Zibuky se acercó muy despacito cuando vió que Sinamoon estaba distraído y asustándolo desde atrás cuando le gritó al oído, Sinamoon cayó sentado sobre su preciosa colita de flores y mariposas! y le dijo: VAMOS que una odisea nos espera!
Ambos salieron corriendo como hojas llevadas por el viento hacia un universo nuevo y sus risas parecían sonar como campanitas!...
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Lentamente se acercaron a la salida de la corteza... desde adentro podían ver la intensa luz que llegaba desde la tierra viviente como le decían sus abuelos. Dame la mano Sinamoon... inquiere Zibuky... sujétame fuerte-fuerte antes de salir. Los ojitos de Sinamoon estaban brillantes de la emoción y los nervios y se sujetó con las fuerzas con sus dos manitas, de las manitas temblorosas de Zibuky, el rebelde explorador de ojitos negros!
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- Ahora, dice Zibuky... a la cuenta de tres saltaremos hacia lo desconocido, estás listo?
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- Siiiiiiiiiiii grita Sinamoon, a la unaaaaaaaa, a las dosssssssss y a lasss tressss!!!
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En un momento, los duendecillos sintieron la hierba fresca debajo de sus piecitos regordetes y gritaron SIIIIIIIIIIIIIII hemos cruzado hacia la tierra de los vivientes!!
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El sol estaba radiante y ambos duendecillos paseaban por el bosque maravillados de todas las cosas que encontraban a su paso y abriendo sus ojitos de perlas encendidas, quisieron explorar el mundo de tantos colores que los rodeaba tan mágicamente fuera de su corteza!
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- Ven! dice Zibuky, vamos a cortar frambuesas, a volar con los alados azules y a jugar con la lluvia transparente!
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